Colombia está embarcada en la reforma de su Código Electoral con mas de 30 años de antigüedad. Algunas reformas políticas constitucionales establecieron la operación por bancadas, y recientemente reglamentaron la oposición. Pero a pesar de la irrupción de las tecnologías de la información, para la instauración del voto electrónico. La reforma electoral planteada que desde ya inicia con debate y zonas obscuras, no resuelve problemáticas regionales de fondo.
- Sobrerrepresentación y subrepresentación. El exsenador Jhon Sudarsky, lo planteo en su periodo legislativo y era corto, la distribución por distritos. Nuestra Cámara de Representantes se elige por circunscripciones departamentales. Sin embargo, los departamentos no son homogéneos a su interior, y los núcleos urbanos centrales con los que concentran la votación, y las candidaturas, por lo que se presenta una sobrerrepresentación de esos núcleos urbanos y una subrepresentación de las regiones y municipios periféricos.
- Circunscripciones territoriales, distritos electorales, y ordenamiento territorial. Siendo una oportunidad, que puede ampararse en los instrumentos de ordenamiento territorial, como las asociaciones de municipios, las provincias, las provincias administrativas de planificación y gestión, y las áreas metropolitanas. Primero salió la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial, ajustando la asociatividad territorial, y precisando instrumentos de organización municipal y regional. En ese momento se perdió la oportunidad.
- El Consejo Electoral. La organización electoral no se reforma, el organismo sigue respondiendo a una composición partidaria y congresional, inequitativa con relación a la realidad regional del sistema político colombiano, donde hay presentes diversidad de expresiones ideológicas con representación regional y sin presencia en un organismo que debe ser neutral, imparcial y técnico. Una autoridad electoral, distinto del papel legal y operativo que cumple la Registraduría Nacional del Estado Civil.
- El Voto Electrónico. La Reforma planteada parece ser determinista en la incorporación del voto electrónico en un país con una brecha digital amplia por las dificultades geográficas, donde contamos con sitios sin simple conectividad y comunicación por vía carretera, o sin fluidez en tráfico fluvial y acceso al transporte aéreo, hay inmensas zonas del país desconectadas entre sí, y con sus núcleos centrales.
- El Gobierno electrónico. Una de las condiciones y características de los territorios inteligentes es la conectividad, la transparencia en los datos y claro está en la accesibilidad a los medios. Gobiernos digitales pero cercanos a la sociedad y a la ciudadanía. Los obstáculos geográficos, la falta de infraestructura, la brecha digital y el déficit de alfabetización digital son muchas y enormes, en un país donde la autonomía municipal y regional es solo electoral, y reducida en lo fiscal y administrativo.
- Déficit de socialización y participación. El proyecto se discute con mensaje de urgencia, por lo que sus debates en el Congreso se disminuyen, y más aún en restricciones sanitarias para la participación, que debió contar con la academia, y la voz de las regiones.
- El problema de la regla de las mayorías. La discusión de esta reforma y de otras, no escapa al juego del equilibrio y eficiencia política. No porque se discuta por las mayorías, quiere decir que la política propuesta, sea eficiente. Menos cuando no ha contado con la participación de la sociedad en su discusión.
Puede ser una oportunidad perdida, para equilibrios políticos en la representación regional; trataron de aumentar el Senado con 12 curules más para las regiones. Tangencialmente han tocado el porcentaje de participación de las mujeres en las listas de los partidos. Un avance, pero la integración intra e interregional y la consolidación de la nación se han dejado de lado. Sigue siendo una oportunidad por ganar.